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lunes, 9 de noviembre de 2015

GASTÓN HERRERA CORTÉS

ENCUENTROS

En medio de la noche oscura,
con los ojos prestados de una vaca muerta,
inicio la siembra del vino
para cultivar tus oquedades.
Diosa maldita de los dioses,
quimera de los tiempos,
foso profundo de suciedades
estéril caos de emociones
último recuerdo de la guerra
ritmo sincopado en tinieblas,
ven y aúlla en mis oídos tu
coloquial chillido de espanto.
Te tomaré como a una tigresa sin aliento,
clavaré en tu cuello
un puñal dorado con gemas verdes
y tal vez,
quizás,
te regale un alacrán en mis besos.
Cuando despierte el alba
después de todos los caminos recorridos,
desafiando los cielos,
las buenas intenciones,
arrastrarás tu cuerpo de diosa acabada
hasta las raíces de un sicómoro
y dejando una estela de baba rociada 
en el suelo,
te perderás para siempre
hasta nuestro próximo encuentro.

lunes, 28 de septiembre de 2015

HOMERO ARCE

EL CAMINO
 
El camino lo anduve sol a luna
sin que nada mi marcha detuviera,
ni la montaña que se alzó importuna,
ni el hondo río de agua traicionera.
 
Todo lo fui salvando con mis pasos
y la extensión de tierra así medida
me entregó como un árbol de anchos brazos
el constante milagro de la vida.
 
Así fue -venturoso- hallando voces
hermanas en las puertas del camino
y en la altura el amparo de los dioses.
 
Ni herido, ni vencido, voy ahora
hacia el punto final de mi destino;
allá, de nuevo, asomará la aurora.

sábado, 25 de julio de 2015

LUIS ALBERTO TORO OSSANDÓN

LOS RÍOS PREÑAN LA TIERRA


 Habitante de la tierra
en campiñas no existentes,

En este mundo agonizante

brilla una estrella en alma

de un remolino que nace,

rayando el cielo azulado

sobre el desierto florido,

dibuja nubes negras

bajo un sol abrasador.

En titánica aventura

los ríos preñan la tierra

con esperanza y vida nueva.

Florecen las riveras,

naciendo bosques y campos.

Mariposas multicolores

adornan el corazón

de esta tierra maravillosa.

Y los trinos de las aves

entregan una canción

que solo ha escrito el amor...

miércoles, 1 de julio de 2015

OLGA ROJAS OJEDA

EL PERFUME DE DESPEDIDA

(Dedicado a mi padre Juan Luis Rojas Rojas, QEPD)

Papito, la enfermedad transcurre primero lentamente por tu rostro, por tu cuerpo y tus pulmones,
y luego, desvestido de piedad, 
este acelera su fatal proceso, deseando causar mayores estragos,
deseando absorberte la vida y la mente.
Cada día huyen de ti la vitalidad, la lucidez y energías que en otros tiempos te sonreían.
Inútilmente tus órganos respiratorios osan aspirar ese aire necesario que 
requieres para continuar viviendo.
No quiero verte sufrir, tu tos me desespera, la palidez de tu semblante me aterra...
¡No quiero que te vayas de este mundo de esa atroz manera!
Sé que deseas permanecer en este planeta por mas tiempo, 
para compartir con tus queridos familiares y amigos y con aquel felino
que tanto amas.
¡Oh, Jesús, como lo lamento!
Cuan lejos estamos, papito el uno del otro
y como detesto esas millas que físicamente nos separan.
Sin embargo, viajaste una distancia magnificente para expresarme tu despedida.
No puedo escucharte, ni siquiera puedo verte,
pero huelo tu perfume de repente, 
aroma que se impregnará en mi memoria para siempre.
Con resignación acepto que estás partiendo de este mundo.
¡No temas, papito!
A pesar de que el Señor de nosotros temporalmente te ha apartado, 
ahora gozas de sublime paz y has sido liberado de la esclavitud del dolor y de la enfermedad
y estás en armonía con el universo 
que una vez abrazaste y sigues abrazando.
¡El Todopoderoso no te ha abandonado!
Ha culminado por fin tu padecer. 
Nos reuniremos nuevamente y viviremos en aquel tiempo futuro que no tendrá fin, 
en aquella órbita de amor filial la cual Dios ha determinado no deje jamás de ser.

viernes, 19 de junio de 2015

CARLOS MONDACA CORTÉS




Lejana 


Llueve...Cae la noche mansamente, 
y el dolor de la sombra angustia y pesa 
y esta lluvia tediosa que no cesa 
de gemir en el alma y el ambiente. 

Pienso en todo y en nada. Suavemente 
siento un vago recuerdo que me besa 
Una esquila solloza su tristeza 
y algo pasa aleteando por mi frente. 

Temblorosa campana del convento, 
tal vez trae tu queja la plegaria 
de lo que pudo ser y nunca fue... 

Tiene humedad de lágrimas el viento: 
llanto tal vez de aquella solitaria, 
de aquella que me amaba y que no ame.

lunes, 18 de mayo de 2015

MARIA ISABEL PERALTA


CANTAR


Duéleme el cantar, si canto,
duéleme el reír, si río.
Madre, ¿por qué sufro tanto,
que, hasta el zumo que se exprime
en mi lagar, es amargo?

La herida, recién bierta,
y la ya cicatrizada
que teñida está de rojo,
parece también que sangra.
Me duelen, Madre, me duelen...
¡Estoy toda lacerada!

No hay bálsamo para llagas
ni palabras de milagro.
Ha de írseme la vida
como el perfume del vaso.
Madre, se me va el perfume...
¡Y ni sabrán que he pasado!

miércoles, 15 de abril de 2015

ROBERTO FLORES ALVAREZ

ROMANCE DE LA AÑAÑUCA (FRAGMENTO)

Añañuca solitaria
-sangre del cobre florida-
en la acuarela de mi alma
eres recuerdo y herida.

Rojo dolor del minero
hondo cantar de esperanzas,
en el fulgor del lucero
están dormidas tus ansias.

Hermana de los copihues
-talle verde, rojos labios-
sobre sus mesas humildes
los campesinos te amaron,

y es coralina tu gracia,
añañuca de la aurora,
cuando te luces prendida
al pecho de las pastoras.

¡Cuando sus notas desata
la ruda orquesta del viento,
eres Pavlova escarlata
danzando sobre el desierto!

Junto al esquivo sendero
luces bermeja alegría;
¡lamparita de minero,
que buscas vetas perdidas!

Son los cactus de las cimas
tus centinelas agrestes;
con sus espadas de espinas
montan guardia en el oriente.

viernes, 30 de enero de 2015

MARÍA MONVEL

                      Dónde Se Fué Mi Vida 


¿Dónde se fué mi vida?
¿Dónde se fué mi vida
cuando se fué mi estrella?
¿Si huyó de mí, quién sabe,
o es que no puedo verla?
¿Es que me cogió el alma
una brutal ceguera?
¿Se ha anulado mi tacto
que palpa sin que se sienta?
¿Mientras estás conmigo
me destroza tu ausencia?
¿Me llamas y me besas
sin que escuche ni sienta?
¿Me oprimes en tus brazos
mientras te sueño muerta?
¿Tú, huirte? ¿Tú dejarme
en soledad inmensa?
¿O es la locura acaso
quién puebla mi conciencia?
¿Es verdad que te llamo
sin alcanzar respuesta?
¿Pido, inútil, tu amparo
mientras alguien me acecha?
¿Grito y tú no respondes?
¿lloro y tú no me besas?
No, tú me abandonas…
¡Yo me he tornado ciega!
Tú no me abandonaste:
fui yo como antes fuera…
Me llamas y no escucha
mi corazón de piedra.
La luz ya no me sirve
para verte con ella.
Mis manos ya no logran
palpar carne tierna.
Ni mis labios alcanzan
el beso que me entregas.
Perdí yo los sentidos
con que te adoré ciega,
y mi alma mutilada
que al no vivir no vuela,
me ha dejado una vida
que no alcanza a tu estrella …
¡No penetra tu grito
tras la muralla eterna!
Si lograra tu cielo,
o bien tu noche negra …
No quiero aire, si no es
ese tu aire de seda.
Quiero cortarte rosas:
las que en tus prados crezcan.
Quiero la noche obscura
en donde tu alma duerma
Quiero tus mares hondos
o bien tu obscura piedra.
Quiero un hueco en la almohada
donde está tu cabeza.
¡Quiero ese cielo azul
donde acaso te encuentras!…
¡Reza dulce rosarios
con tus manos de seda!.
¡Dale a Dios tu sonrisa
para que a ti me vuelva,
y a tu hermana la Virgen,
acércate, hechicera !…
¡Qué me dé lo que tienes,
que me dé lo que tengas:
la vida en donde yazgas,
la muerte, si estás muerta!.