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sábado, 21 de enero de 2017

LUIS MORENO POZO


Nortegrande

Grande ruge el ancla del cerro de Antofagasta
cuando se habla de nortegrande;
grande y terrible es hablar con agallas de pescado
y no ser pescador, como hasta ahora
se ha hablado; grande me duele esta ciudad
y sus costados -la ciudad de mis costillas-
el molo,
y el mar como un vino agrio lamiendo las arenas.
Yo descubro todo un norte diminuto
empolvado de hambre y sombra y silencio,
gimiendo con olor a perros:
no reconozco tu nombre en inglés, Chuquicamata;
Tocopilla paralizada en su puerto de grúas blancas;
y Calama, doloroso prostíbulo abierto night and day.
Pero aquí donde yo termino
comienza recién la muerte del nortegrande abandonado.