ARAS CHCHALPA
EN LA MADRUGADA DE SU ALDEA
SE INCLINABA EN TORNO A UNA TORTILLA,
PARA COMPARTIR UN TÉ CON HIERBABUENA.
YA NO ESTÁ EN SU SOMBRERO,
EN SU BARBA, EN SU MARTILLO
ABLANDANDO LA ROCA DEL HOMBRE.
SE FUE DETRÁS DE LA TROPA,
BUSCANDO UN DIOS
CON MANOS ANCHAS
PARA SU PUEBLO OLVIDADO.
viernes, 6 de marzo de 2009
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